Recuerdo que en esa época lo más cool era tener una mochila en particular: una Jansport.
Era una norma no escrita, un código silencioso del que nadie hablaba abiertamente, pero todos entendían. Tener una de esas mochilas era sinónimo de aceptación y validación social.
Lo curioso es que la mochila no tenía nada especialmente funcional. No la elegías por su calidad, resistencia, ni por la cantidad de compartimientos. La elegías porque, simplemente, sabías que si la llevabas, formabas parte del grupo “correcto”. Era tu pase a pertenecer.
Con el tiempo, la Jansport fue cambiando de forma y de nombre: ahora puede ser la persona que viaja a ciertos destinos, quien cena en el restaurante de moda, quien usa ropa deportiva Alo o dispositivos con la manzanita atrás. La forma cambia, pero la presión sigue siendo la misma… y si no es una presión externa y es una presión autoimpuesta?
¿Por qué nos importa tanto ser aceptados por los demás? Creo a todos nos pasa, somos seres sociales y de alguNa manera queremos ser parte de una comunidad. El problema está cuando ese deseo de aceptación externa se vuelve una necesidad y la razón por la que se mueve nuestro mundo.
Hacer y decir lo que yo creo que le gustará al otro implica que doy más importancia a este otro que a mí mismo. Y ese monstruo de ser rechazado y excluido me convierte en una sombra de quien realmente soy.
El entorno no es el que te empuja hacia moldes que prometen aprobación, tú solito y tu miedo te lanzan. Pero lo verdaderamente sabio es aprender que nuestro valor no se define por lo que mostramos, sino por lo que somos: por nuestras acciones, nuestros principios , nuestras posturas raras o complejas, nuestros gustos gastronómicos y musicales especiales, nuestras creencias , nuestra flexibilidad o radicalismo.
Querer pertenecer sin primero pertenecernos a nosotros mismos es una trampa sutil. Es intentar llenar con apariencias lo que solo se sostiene con autenticidad. Y a veces, la mayor revolución que podemos hacer es decidir ser nosotros mismos, sin caretas .
Con cariño,
May
Yo pienso que ser aceptado es algo natural del ser humano, pero conforme uno va creciendo hay que separarse de esas imposiciones sociales y abrazar el ser tú mismo. Eso de seguir modas no es algo en lo que deberíamos participar al ser adultos. Cada quien es libre de hacer lo que quiere. El seguir a otros, compararte, no solo hace que te sientas mal contigo mismo, sino que tu creatividad se vaya y no puedas descubrir quien eres.
Gracias por escribir! Excelente como siempre.